domingo, 9 de febrero de 2014

Expectativas cumplidas


Asado. Ansiedad. Volvió el fútbol.

Argentinos, en puestos de descenso. Se debía ganar.

Regreso de dos ídolos al club. Recibimiento con papelitos, carteles y “Bienvenidos Piscu y Bichi”.

Aplausos eternos y reconocimiento de todo el estadio para los bomberos héroes.

Emoción generalizada.

Partido fundamental entre equipos que se acompañaban en el último lugar de la tabla de promedios.

Una buena jugada del equipo local. Otra. Y otra.

La hinchada ve al equipo bien y está eufórica.

Olor a épica. Las nubes cubren ya todo el cielo.

Lluvia, lluvia y más lluvia.

Un comentario en la tribuna sobre el gol de Palermo contra Perú bajo la tormenta.

El remate desde lejos de la nueva y conocida figura, los 110 km/h de velocidad, y el estallido de la popular de Boyacá.

El diluvio más fuerte de la historia, hiper recontra chequeado.

La ropa roja empapada, y la fiesta absoluta.

El segundo gol, el descuento del rival, la espera interminable, interminable de verdad. No terminaba más, nunca jamás.

La ovación a los jugadores, y la sensación de hambre saciado.

El bicho ganó 2-1, y los que fuimos a la cancha vivimos todo esto.